Historia de los elfos de la noche /elfos nocturnos
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Historia de los elfos de la noche /elfos nocturnos
Los Kaldorei son una antigua y elusiva raza nacida en el despertar del mundo. Su ancestral herencia les ha forjado en una devota raza de guerreros, cazadores y arqueros, con gran reverencia por la naturaleza y las animistas y místicas fuerzas que la controlan. Los Kaldorei son prácticos pero supersticioso, y a menudo, paradigmáticos. Poseen un profundo sentimiento de pertenencia hacia la tierra y los bosques, y una pasión espiritual que los lleva a desear y buscar la soledad.
Desde el tiempo antes del tiempo, los Kaldorei fueron inmortales, eternamente jóvenes, poseedores de una afinidad natural con la magia, en especial la secta conocida como los Quel'dorei. Se cree que sus orígenes provienen de una pequeña tribu de hábitos nocturnos que se estableció, en los inicios del mundo, en las cercanías del lago místico que posteriormente se conoció como el Pozo de la Eternidad. Por siglos, los Kaldorei usaron la magia para modificar y manipular su entorno, hasta el punto de lograr levantar un gran imperio en Kalimdor, el continente primigenio, desplazando a las otras razas menos dotadas y derrotando a los dos grandes Imperios Gemelos de los Trolls, llegando a crear una cultura tan vasta y esplendorosa como nunca se ha visto sobre la faz del mundo. El uso indebido, sin embargo, de los poderes otorgados por el Pozo, fue la causa de la Legión Ardiente invadiese Azeroth, desatando una terrible y devastadora guerra que culminaría con la destrucción del Pozo y el Gran Cataclismo que dividió al mundo. La guerra cambió la cara de Azeroth para siempre, creando nuevos continentes y sumergiendo la mayor parte de Kalimdor bajo las aguas, a su vez que se formaba ese vasto vortex de energía en el centro del océano, conocido como El Maelstrom.
En general, los elfos nocturnos son un pueblo honorable y compasivo, aunque su antigüedad y conocimiento ha hecho que sean desconfiados y orgullosos. No se fían fácilmente de otras razas ajenas a la suya, principalmente, porque su alta longevidad les permite valorar en mejor medida los errores del pasado, una ventaja con la que no cuentan otras razas más jóvenes y de menor expectativa de vida. Muchos de los elfos nocturnos consideran su deber asegurarse el balance y el bienestar del mundo. Por este sentimiento de superioridad y responsabilidad, muchos de los pueblos de otras razas desconfían de los elfos nocturnos, en parte también por estar estos envueltos en un halo de misticismo y sombras.
Una vez, hace siglos, los Kaldorei construyeron un gran Imperio en Kalimdor. Sus imponentes ciudades se levantaban a todo lo largo y ancho del antiguo continente, y la belleza y majestuosidad de su capital Zin-Aszhari, sobrepasaba a la de cualquiera de las actuales ciudades que pueblan el mundo de Azeroth. Nombres legendarios surgen de esta época: Zin-Aszhari, Eldre'thalas, Suramar, se pierden entre los recintos del tiempo, envueltas en un aire de gloria y misterio más allá del conocimiento de las razas mortales.
Con los acontecimientos de la Guerra de los Ancestros y el posterior Cataclismo, muchas de estas ciudades fueron destruidas y sumergidas en el fondo de los mares. Esparcidos por el nuevo territorio del destruido Kalimdor, los Elfos Nocturnos se asentaron mayoritariamente en el Bosque de Ashenvale, a la sombra del gigantesco Árbol del Mundo, Nordrassil, en la cima de la montaña sagrada Hyjal, siendo a la vez protectores del Árbol y receptores de la inmortalidad que este les otorgaba. Con los eventos de la Tercera Guerra y la reaparición de la Legión Ardiente, los Kaldorei perdieron muchos de sus territorios, que ahora tratan de recuperar. Grandes territorios, como Feralas y gran parte de Barrens, se perdieron para siempre con el Cataclismo, y lugares como Felwood y Aszhara, contaminados por el paso de la Legión, se corrompieron, tal
Elfo Druida
vez para siempre. El siempre amado bosque de Ashenvale se convirtió en una zona en constante refriega, principalmente con los remanentes de la Legión que aún se hayan en la zona, y con la creciente presencia de la Horda en el sureño Warsong Gulch.
Quemadas las raíces del Árbol del Mundo con la destrucción de Archimonde, y perdida su inmortalidad, los Elfos Nocturnos se retiraron hacia la isla-continente de Teldrassil, en la tempestuosa costa norte de Kalimdor. Allí, instigados por el nuevo Archidruida Fandral Staghelm, los druidas sembraron un nuevo Árbol del Mundo, que creció rápida y venturosamente bajo su cuidado. En medio de sus fuertes y enormes ramas, fue fundada la ciudad de Darnassus. En ella se haya el Gran Templo de la Luna, consagrado a la diosa Elune, donde se destacan los preciosos y cuidados Jardines del Templo, obra maestra que combina las artes druídicas con la presencia y la gracia de la Diosa sobre la tierra. Refugio de los "Niños de las Estrellas" y de sus aliados, los Guardianes de los Bosques y las Dríades, la enorme columna de Teldrassil se eleva rasgando el cielo, mientras su monumental sombra produce una perenne noche que potencia al doble las habilidades de sus habitantes. "La Corona de la Tierra", sin embargo, no está exento de problemas. Corrompido por haber sido erigido sin la bendición de la naturaleza, sus oscuras raíces albergan enloquecidas tribus de Furbolgs, tribus de Harpías sedientas de sangre y diabólicos sátiros buscando venganza sobre los Kaldorei.
También, mantienen una fuerte presencia en las regiones de Winterspring y Moonglade, donde se haya la villa de Nighthaven, y donde el Círculo de Cenarius tiene su sede principal, bajo la guía de Remulos, Guardián del Bosque y heredero de Cenarius. En Nighthaven, también, se celebra cada año el Año Nuevo Lunar, festividad en la cual se celebra a la Diosa Elune. Allí también se encuentra el Tálamo de Furion, donde reposa el cuerpo inerte de Malfurion Stormrage, el gran Archidruida, mientras su espíritu perdido en el Sueño Esmeralda encuentra la forma de volver a casa.
En Ashenvale, se encuentra la aldea de Astranaar, sufrido pueblo localizado en medio del conflicto entre la Horda y la Alianza, por lo cual no es raro ver constantes incursiones de la Horda en la zona, provenientes de las bases orcas y trolls de Zoran Stram y Splintertree Post. El pueblo se encuentra localizado en una isleta delimitada por ríos, conectada por puentes con el resto de la región, los cuales actúan como un "cuello de botella" en la mayoría de las batallas.
Los elfos de la noche hasta hace poco eran inmortales... pero un sacrificio en la tercera guerra hizo que dejaran de serlo, además ya no tienen esa apariencia juvenil eterna.
Espero que os sirva de algo Xd
Desde el tiempo antes del tiempo, los Kaldorei fueron inmortales, eternamente jóvenes, poseedores de una afinidad natural con la magia, en especial la secta conocida como los Quel'dorei. Se cree que sus orígenes provienen de una pequeña tribu de hábitos nocturnos que se estableció, en los inicios del mundo, en las cercanías del lago místico que posteriormente se conoció como el Pozo de la Eternidad. Por siglos, los Kaldorei usaron la magia para modificar y manipular su entorno, hasta el punto de lograr levantar un gran imperio en Kalimdor, el continente primigenio, desplazando a las otras razas menos dotadas y derrotando a los dos grandes Imperios Gemelos de los Trolls, llegando a crear una cultura tan vasta y esplendorosa como nunca se ha visto sobre la faz del mundo. El uso indebido, sin embargo, de los poderes otorgados por el Pozo, fue la causa de la Legión Ardiente invadiese Azeroth, desatando una terrible y devastadora guerra que culminaría con la destrucción del Pozo y el Gran Cataclismo que dividió al mundo. La guerra cambió la cara de Azeroth para siempre, creando nuevos continentes y sumergiendo la mayor parte de Kalimdor bajo las aguas, a su vez que se formaba ese vasto vortex de energía en el centro del océano, conocido como El Maelstrom.
En general, los elfos nocturnos son un pueblo honorable y compasivo, aunque su antigüedad y conocimiento ha hecho que sean desconfiados y orgullosos. No se fían fácilmente de otras razas ajenas a la suya, principalmente, porque su alta longevidad les permite valorar en mejor medida los errores del pasado, una ventaja con la que no cuentan otras razas más jóvenes y de menor expectativa de vida. Muchos de los elfos nocturnos consideran su deber asegurarse el balance y el bienestar del mundo. Por este sentimiento de superioridad y responsabilidad, muchos de los pueblos de otras razas desconfían de los elfos nocturnos, en parte también por estar estos envueltos en un halo de misticismo y sombras.
Una vez, hace siglos, los Kaldorei construyeron un gran Imperio en Kalimdor. Sus imponentes ciudades se levantaban a todo lo largo y ancho del antiguo continente, y la belleza y majestuosidad de su capital Zin-Aszhari, sobrepasaba a la de cualquiera de las actuales ciudades que pueblan el mundo de Azeroth. Nombres legendarios surgen de esta época: Zin-Aszhari, Eldre'thalas, Suramar, se pierden entre los recintos del tiempo, envueltas en un aire de gloria y misterio más allá del conocimiento de las razas mortales.
Con los acontecimientos de la Guerra de los Ancestros y el posterior Cataclismo, muchas de estas ciudades fueron destruidas y sumergidas en el fondo de los mares. Esparcidos por el nuevo territorio del destruido Kalimdor, los Elfos Nocturnos se asentaron mayoritariamente en el Bosque de Ashenvale, a la sombra del gigantesco Árbol del Mundo, Nordrassil, en la cima de la montaña sagrada Hyjal, siendo a la vez protectores del Árbol y receptores de la inmortalidad que este les otorgaba. Con los eventos de la Tercera Guerra y la reaparición de la Legión Ardiente, los Kaldorei perdieron muchos de sus territorios, que ahora tratan de recuperar. Grandes territorios, como Feralas y gran parte de Barrens, se perdieron para siempre con el Cataclismo, y lugares como Felwood y Aszhara, contaminados por el paso de la Legión, se corrompieron, tal
Elfo Druida
vez para siempre. El siempre amado bosque de Ashenvale se convirtió en una zona en constante refriega, principalmente con los remanentes de la Legión que aún se hayan en la zona, y con la creciente presencia de la Horda en el sureño Warsong Gulch.
Quemadas las raíces del Árbol del Mundo con la destrucción de Archimonde, y perdida su inmortalidad, los Elfos Nocturnos se retiraron hacia la isla-continente de Teldrassil, en la tempestuosa costa norte de Kalimdor. Allí, instigados por el nuevo Archidruida Fandral Staghelm, los druidas sembraron un nuevo Árbol del Mundo, que creció rápida y venturosamente bajo su cuidado. En medio de sus fuertes y enormes ramas, fue fundada la ciudad de Darnassus. En ella se haya el Gran Templo de la Luna, consagrado a la diosa Elune, donde se destacan los preciosos y cuidados Jardines del Templo, obra maestra que combina las artes druídicas con la presencia y la gracia de la Diosa sobre la tierra. Refugio de los "Niños de las Estrellas" y de sus aliados, los Guardianes de los Bosques y las Dríades, la enorme columna de Teldrassil se eleva rasgando el cielo, mientras su monumental sombra produce una perenne noche que potencia al doble las habilidades de sus habitantes. "La Corona de la Tierra", sin embargo, no está exento de problemas. Corrompido por haber sido erigido sin la bendición de la naturaleza, sus oscuras raíces albergan enloquecidas tribus de Furbolgs, tribus de Harpías sedientas de sangre y diabólicos sátiros buscando venganza sobre los Kaldorei.
También, mantienen una fuerte presencia en las regiones de Winterspring y Moonglade, donde se haya la villa de Nighthaven, y donde el Círculo de Cenarius tiene su sede principal, bajo la guía de Remulos, Guardián del Bosque y heredero de Cenarius. En Nighthaven, también, se celebra cada año el Año Nuevo Lunar, festividad en la cual se celebra a la Diosa Elune. Allí también se encuentra el Tálamo de Furion, donde reposa el cuerpo inerte de Malfurion Stormrage, el gran Archidruida, mientras su espíritu perdido en el Sueño Esmeralda encuentra la forma de volver a casa.
En Ashenvale, se encuentra la aldea de Astranaar, sufrido pueblo localizado en medio del conflicto entre la Horda y la Alianza, por lo cual no es raro ver constantes incursiones de la Horda en la zona, provenientes de las bases orcas y trolls de Zoran Stram y Splintertree Post. El pueblo se encuentra localizado en una isleta delimitada por ríos, conectada por puentes con el resto de la región, los cuales actúan como un "cuello de botella" en la mayoría de las batallas.
Los elfos de la noche hasta hace poco eran inmortales... pero un sacrificio en la tercera guerra hizo que dejaran de serlo, además ya no tienen esa apariencia juvenil eterna.
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ShadowMiten- Principiante
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Reputación : 19
Fecha de inscripción : 17/07/2011
Edad : 28
Re: Historia de los elfos de la noche /elfos nocturnos
Mmmmm muy interesante...
Rikur- Principiante
- Mensajes : 104
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Reputación : 1
Fecha de inscripción : 17/07/2011
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